Javier Viesca - En el amor no hay temor

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En el amor no hay temor

Octubre 13, 2021

Primer Misterio. Habla La Santísima Virgen María.

Hijitos Míos, es mucha la falta de Fe y la ignorancia del hombre. Soy vuestra Madre, la Siempre Virgen María y recordamos en este día, el gran Milagro del Sol, que se le dio a toda esa gente que se reunió en Fátima.

Mis pequeños, vosotros visteis el gran poder del Cielo, Nuestro Dios y Señor tiene todo ese Poder y mucho más, pero vosotros seguís elucubrando en cosas mínimas, en cosas tontas, no estáis preparándoos para los acontecimientos que han de venir, elucubráis solamente, y ya se os ha dicho que no elucubréis, porque aquellos que viven en Gracia, que viven con Nosotros, no tienen por qué estar elucubrando, confían en la Voluntad del Padre en Su Santísima Trinidad.

Se os ha dicho que vosotros podéis disminuir los acontecimientos que han de venir, y a vosotros, se os ha dicho también, que no os debéis meter en los asuntos del Padre; Él sabe que es lo que se tiene que hacer, para el bien vuestro, y para vuestra salvación. Vosotros sabéis lo que tenéis que hacer, para estar preparados para el día de vuestro Juicio Personal. Eso vosotros no lo sabéis, el Padre lo sabe, y vuestra obligación es esa Mis pequeños: estar preparados para cuando venga vuestra propia tribulación.

Ciertamente vendrá una gran tribulación peor de lo que estáis viviendo ahora, pero aquellos que han entendido el Mensaje del Padre, de vivir en Su Santa y Divina Voluntad, no se preocupan de lo que vaya a suceder, se preocupan en obedecer las necesidades del Cielo para la salvación de las almas, empezando con la vuestra.

Vuestra falta de Fe es inmensa. Estáis confiando, nuevamente, en vosotros, en vuestras capacidades, en vuestras pobres fuerzas. Estáis atemorizados todo el tiempo, satanás sabe cómo manipularos, satanás sabe quiénes son los que están preparados para atacarle, para quitarle ese poder que tiene sobre las almas; y estas almas han sido preparadas por el Espíritu Santo, para enfrentar a satanás en la gran batalla que se ha de dar.

Vosotros, en general, todo el mundo, debierais, primeramente, estar avergonzados porque le falláis inmensamente a Nuestro Dios, porque no confías en Su Voluntad, porque no Le dejáis hacer Su Voluntad cuando Él quiera, sino que vosotros tenéis que poner fechas a los acontecimientos, y de esta forma, satanás os mueve hacia el temor. No hay fechas en los acontecimientos, porque la Voluntad del Padre es Su Misterio, y además Él mueve los acontecimientos, dependiendo de cómo os mostréis vosotros ante Él.

Recordad a Nínive, se les anunció una destrucción. Si vosotros vivierais en ese tiempo, con esa falta de Fe que tenéis cada uno de vosotros, con esa falta de respeto hacia la Voluntad de Nuestro Padre Dios, seguramente Nínive hubiera sido destruida, porque os la pasáis solamente elucubrando. Ya se os ha dicho, que para evitar los acontecimientos os debéis arrodillar en humildad y pedir perdón, pero desde vuestro corazón desde lo más profundo de él, y así es como Nínive se salvó, porque hubo humildad, hubo oración, hubo sacrificio, penitencia, ayuno, y vosotros solamente estáis esperando que se caiga todo a vuestro alrededor y no estáis tratando de evitar eso.

¡Pobres hijos Míos! Si seguís así, los acontecimientos, que se avecinan, serán enormes, porque no estáis tratando de disminuirlos. ¡Pobres hijos míos! ¿Por qué no crecéis en Fe, ni aceptáis la Voluntad de Nuestro Padre Dios, que es el Dueño del tiempo, es el Dueño de los acontecimientos, es el Dueño de vuestras vidas? Y vosotros no Le agradecéis por Su Paciencia, por Su Amor, que ha tenido para con vosotros, para cada uno de vosotros.

Estáis viviendo en el error. Estáis esperando los acontecimientos, pero no les ponéis “un hasta aquí” con vuestra donación, con vuestra humildad, con vuestro arrepentimiento. Simplemente estáis esperando que todo sea destruido, porque no queréis mover un dedo para el bien vuestro y para el de vuestros hermanos.

Ciertamente, profetizados están muchos acontecimientos, pero se os ha explicado, también, que si vosotros os unís en oración, pero en oración de corazón, una oración humilde, sencilla, una oración que por su devoción, al decirla, toque el Corazón de Nuestro Padre Dios. Ciertamente, Yo os aconsejo hoy, Soy vuestra Madre, os guío, llevo vuestras peticiones, vuestras oraciones, vuestros sacrificios, penitencias a Nuestro Padre Dios, para que Él pueda detener, disminuir o cancelar acontecimientos ya anunciados. Pero vosotros vivís en el error, en la mentira, vosotros os sentís los poderosos y por eso sufrís tanto, porque no confiáis en el Amor y en el Poder de vuestro Dios y Señor.

Yo, como Madre vuestra, y como Maestra del Amor, salgo a vuestro encuentro intercedo por vosotros, Le sigo pidiendo a Mi Padre y Señor Mío, por cada uno de vosotros, y lo seguiré haciendo, aunque sabéis que ya los tiempos se terminaron, ya se os ha avisado eso. Pero os aconsejo a que detengáis con vuestro oración los acontecimientos, o que se aminoren. Lo seguiré haciendo Mis pequeños, pero si vosotros no elegís en vuestra vida el tratar de ser mejores, en ayudaros los unos a los otros a través de la oración, penitencia y ayunos, si le seguís escuchando a satanás, quien os hace creer que todo está perdido, entonces, realmente, todo estará perdido para vosotros. Sois necios, tenéis las Promesas de Nuestro Dios, pero confiáis más en vuestro actuar, y seguís viviendo en el temor, porque no hay amor en vuestro corazón, porque así lo dicen las Sagradas Escrituras: “En el amor no hay temor”.

¡Actuad, pues, Mis pequeños! ¡Actuad ya!, arrodillaos como en Nínive. Haced sacrificios, penitencias, ayunos, dadle a Nuestro Padre lo que Él quiere ver en vosotros, es el arrepentimiento y un deseo grande de una nueva vida, que es una nueva vida, a la que estáis llamados, que es la vida en Dios.

Vuestra testarudez os va a costar muy caro Mis pequeños, si no entendéis.

Recordad nuevamente, que el Amor de Nuestro Dios, Nuestro Padre, Nuestro Creador, os está cuidando y está buscando lo mejor para vosotros, y recordad que la oración, dicha desde lo más profundo de vuestro corazón, puede tocar, fuertemente, el Corazón de Nuestro Padre y Creador vuestro y podéis hacerle cambiar de opinión y os puede ayudar a que no sufráis, lo que posiblemente sufriréis inmensamente, si no queréis hacerle caso y seguís como vais ahora.

Os amo, Mis pequeños, os bendigo, os llevo en Mi Corazón, Soy vuestra Madre, pero hacedle caso a Nuestro Dios.

Gracias, Mis pequeños.