Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, escucha nuestra oración, y dígnate enviar del cielo a tu santo ángel, para que custodie, anime, proteja, visite y defienda a todos los que moran en esta casa. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

Visita, Señor
Visita, Señor, esta habitación: aleja de ella las insidias del enemigo; que tus santos ángeles habiten en ella y nos guarden en paz, y que tu bendición permanezca siempre con nosotros. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Oración al Ángel de la guarda
Oh Ángel custodio mio, verdadero amigo, compañero fiel y mi guía seguro, yo te agradezco la incansable caridad, la vigilancia, la bondad con que me asistes en mis necesidades espirituales y temporales. Te pido perdón por los disgustos que tantas veces te he causado desobedeciendo a tus saludables amonestaciones. Te ruego que continúes, durante toda mi vida, usando conmigo tu benigna protección, para que pueda juntarme contigo, bendecir y alabar por toda la eternidad al Señor que te ha puesto a mi lado. Así sea.
Ángel de la guarda dulce compañía no me desampares, ni de noche ni de día.
Ángel de Dios
Ángel de Dios, tú que eres mi custodio, a mí, que he sido encomendado a ti por la piedad celestial, ilumíname, guárdame, dirígeme y guíame. Amén.

Oraciones enseñadas por el ángel en Fátima (reparación de las ofensas)
¡Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo! ¡Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan, no te aman! (repetir tres veces).
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencia con los que El es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, pido humildemente por la conversión de los pecadores. Amén.
Oración de una madre a los ángeles de la guarda de sus hijos
Humildemente los saludo,
¡fieles amigos celestiales de mis hijos!
Les doy gracias de todo corazón
por todo el amor y la bondad que les muestran.
En algún día futuro lo haré,
con un agradecimiento más digno
del que ahora se puede dar,
ante la corte celestial entera
reconociendo mi deuda
para con su guía y protector.
Sigan velando sobre ellos.
Provean todas sus necesidades de cuerpo y alma.
Oren, del mismo modo, por mí,
por mi esposo y mi familia entera,
para que sea todo el día
un regocijo en su bendita compañía.
Amén.