Conspiracy

Sobre la existencia de conspiraciones. Conspiraciones en el mundo de ayer y hoy.

En este artículo advertimos cómo al dia de hoy se observa cierta presión social, manifiesta a través de medios de comunicación, con el posible objetivo de desacreditar anticipadamente -y de un modo genérico, todo tipo de información relacionada con conspiraciones sin importar su verosimilitud. ¿Existen las conspiraciones o son una invención moderna?

No creer en la existencia de conspiraciones resulta algo difícil, ya que como veremos, no sólo el Evangelio relata con claridad la conspiración llevada a cabo para dar muerte a Jesucristo, sino que también toda la Biblia contiene una enorme cantidad de otros casos de conspiraciones y confabulaciones.

Antes de comenzar repasemos algunos significados de los términos usados:

La RAE define en sus primeras acepciones al término Conspirar del siguiente modo:

  1. Dicho de varias personas: Unirse contra su superior o soberano.
  2. Dicho de varias personas: Unirse contra un particular para hacerle daño.

y define Confabular así:
Dicho de dos o más personas: Ponerse de acuerdo para emprender algún plan, generalmente ilícito.

y Complot:

  1. Conjuración o conspiración de carácter político o social.
  2. Confabulación entre dos o más personas contra otra u otras.
  3. Trama, intriga.

La palabra Conspiración viene del latín conspiratio, conspirationis.
Se refiere a una unión (con-) de personas que aspiran a algo, están ávidas de algo o lo anhelan (spirare) y por ello planean una acción contra lo establecido para lograrlo.

Miren, yo los envío como ovejas en medio de lobos: sean astutos como serpientes y sencillos como palomas. (Mt. 10:16)

Es algo cierto e indiscutido que las conspiraciones y confabulaciones existen, especialmente en el ámbito del poder y la política, habiendo muchos casos famosos en la historia humana. Además de estos ejemplos notorios, cada adulto habrá sido sin duda -si no victima, testigo de alguna conspiración menor, como por ejemplo en relaciones de trabajo, en cuestiones relacionados con fondos de dinero, en relación a alguna mujer disputada por mas de uno, y un largo etcétera de posibilidades.

Entonces ¿a qué se debe que actualmente haya cierto nivel de histeria y muchas personas sientan cierta presión social, incluso a veces desde sus propios vínculos familiares, para abandonar cualquier creencia (aunque sea verosímil) que pueda estar relacionada con hechos o actos conspirativos? ¿Es esto un proceso natural o es algo que está siendo instalado artificialmente con un fin concreto?

Pareciera que existe un ansia particular en estos tiempos por que los pueblos no se informen respecto a supuestas conspiraciones, sino que se comporten como ilusos que creen todo lo que se les diga a través de los medios masivos “tradicionales”, siendo estos controlados por el poder económico concentrado y con capacidad de filtrar (bloquear) las informaciones que no resulten convenientes a los grupos de poder.

Recientemente hemos visto surgir de un día para el otro el fenómeno de las fake-news (nótese que la Buena Nueva de Cristo es denominada con el término Good News en inglés, o sea Buenas Noticias, y que una expresión es antónima de la otra, o dicho de otra forma, la introducción de la falsa noticia como un modo de oposición a la Buena Nueva), de golpe esta expresión comenzaba a circular por todos los medios y se esparcían noticias falsas acerca de cuestiones muy variadas. Si bien la falsedad en las informaciones no es algo nuevo, si lo fue el modo en que comenzaron a tomar difusión, prácticamente como un instrumento de una forma alternativa de guerra, no contra la soberanía de los países sino contra la verdad misma.

Es como si una orden hubiera sido dada e inmediatamente se hubieran conformado equipos de trabajo ad-hoc para dedicar su tiempo a inventar y diseminar noticias falsas. ¿Y que sucedió luego? Casualmente a los pocos meses comenzamos a ver la aparición de sitios y empresas verificadores de datos (fact-checkers)

Es como si una orden hubiera sido dada e inmediatamente se hubieran conformado equipos de trabajo ad-hoc para dedicar su tiempo a inventar y diseminar noticias falsas. ¿Y que sucedió luego? Casualmente a los pocos meses comenzamos a ver la aparición de sitios y empresas verificadores de datos (fact-checkers), que nos dicen qué es cierto o probado y qué es falso o no ha sido probado, pretendiendo reemplazar el discernimiento personal de cada ser humano y constituyendo un grave precedente que abre las puertas a que en algún tiempo posterior se prohíba la difusión de aquellos datos que oficialmente se consideren falsos, aunque estos fueran en realidad verdaderos.

Lamentablemente esto está sucediendo también en el ámbito religioso, con algunos sitios de espiritualidad cristiana que comenzaron a crear contenido al solo efecto de desmentir noticias religiosas falsas (también llamados ‘bulos’), y curiosamente estos sitios tienen artículos desmintiendo a la profeta Luz de María, que anticipó tan claramente la venida de la pandemia y nos advierte sobre la proximidad de la implantación masiva del microchip en el cuerpo humano, la marca de la bestia. Solo podemos imaginar la cantidad de gente que será victima de estas conspiraciones porque aquellos que debieron informar, siendo su deber y vocación, no lo hicieron por tener otros intereses comprometidos.

Con cierta similitud y de forma coetánea, vemos también el surgimiento de falsas conspiraciones, como aquella que postula que la tierra es plana, impulsadas posiblemente para producir el mismo efecto que con las fake-news, generar confusión, desinformar, atraer hacia “sitios verificadores” encargados de decir qué es verdad y qué no y de paso valerse de ellas para ridiculizar a quienes postulen que la verdad es otra o intenten desacreditar aquello que oficialmente se da entender por cierto a través de los medios tradicionales, mientras verdaderas y graves conspiraciones se suceden sin que el pueblo se informe correctamente sobre las mismas.

Pero recordemos por un momento la conspiración a través de la cual se dio muerte a Jesús. Curiosamente, el argumento usado en ese entonces fue priorizar el bien común por encima de la vida de “un hombre”

Y sucede que aquellos mas despiertos a la realidad pueden experimentar frustración ante el temor de ser ridiculizados al hablar de este tipo de cuestiones ante auditorios que no desean detenerse a examinar la verosimilitud de las mismas. Pero recordemos por un momento la conspiración a través de la cual se dio muerte a Jesús. Curiosamente, el argumento usado en ese entonces fue priorizar el bien común por encima de la vida de “un hombre”:

“Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron: «¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación». Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: «Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera». Y aquel día decidieron darle muerte.” (Jn. 11:47-50.53)

Y otros pasajes del Evangelio relacionados a la conspiración para matar a Jesús:

Cuando Jesús terminó todas estas palabras, dijo a sus discípulos: Sabéis que dentro de dos días se celebra la Pascua, y el Hijo del Hombre será entregado para ser crucificado. Entonces los principales sacerdotes y los ancianos del pueblo se reunieron en el patio del sumo sacerdote llamado Caifás. Y tramaron entre ellos prender a Jesús con engaño y matarle . Pero decían: No durante la fiesta, para que no haya un tumulto en el pueblo. (Mt. 26:1-5)

Cuando los fariseos salieron, de inmediato fueron con los herodianos a confabularse contra Él sobre cómo darle muerte. (Mc. 3:6)

Pero cuando los fariseos salieron, se confabularon contra El, para ver cómo podrían destruirle. (Mt. 12:14)

Y los principales sacerdotes y los escribas buscaban cómo dar muerte a Jesús, pues temían al pueblo. (Lc. 22:2)

Podríamos afirmar que quienes no creyeron en la conspiración que se llevó a cabo para matar a Jesús, tampoco lo reconocieron como Mesías y Cristo. De aquí que la cuestión de la verdad es sumamente importante para el ser humano, que debe buscarla diligentemente y una vez encontrada defenderla y anunciarla, sin importar si implica hablar sobre conspiraciones o no. En esto deberían meditar los cristianos que aluden a “teorías conspiratorias que deben rechazarse en una conciencia cristiana bien formada“. En última instancia quienes harán el ridículo serán quienes con la intención de salvar el cuerpo, su reputación y guardar respetos humanos hayan negado la verdad.

Pero en las Sagradas Escrituras hay muchas más referencias a conspiraciones. En el Nuevo Testamento damos estos ejemplos:

Sus padres dijeron esto porque tenían miedo a los judíos; porque los judíos ya se habían puesto de acuerdo en que si alguno confesaba que Jesús era el Cristo, fuera expulsado de la sinagoga. (Jn. 9:22)

Cuando se hubo apaciguado el tumulto, Pablo hizo venir a los discípulos y los animó y, después de despedirse, salió para Macedonia. Después de recorrer aquella región, animando a los discípulos con largos discursos, vino a Grecia, donde pasó tres meses. Como los judíos organizaron una conspiración contra él cuando estaba a punto de embarcarse para Siria, decidió regresar a través de Macedonia.
(He. 20:1-3)

Al amanecer, los judíos tramaron una conspiración, comprometiéndose bajo anatema a no comer ni beber hasta que no mataran a Pablo. Eran más de cuarenta los que se habían comprometido en esta conjuración. Estos, pues, se presentaron a los sumos sacerdotes y a los ancianos, diciendo: «Nos hemos comprometido bajo anatema a no probar bocado hasta que no hayamos matado a Pablo. Vosotros, por vuestra parte, de acuerdo con el Sanedrín, indicad al tribuno que lo haga bajar ante vosotros, con pretexto de examinar con más detalle su caso. Nosotros estamos dispuestos a matarlo antes de que llegue». Pero el hijo de la hermana de Pablo se enteró de la emboscada y, presentándose y entrando en el cuartel, informó a Pablo. (He. 23:12-16)

En una búsqueda no exhaustiva, salta a la luz la cantidad de casos de confabulaciones y conspiraciones para dar muerte o perjudicar a alguien sobre las que se puede leer también en el Antiguo Testamento y que enumeramos a continuación a modo de ejemplo:

  • Gén. 37:18
  • 1 Sam. 22:7-13
  • 1 Re. 16:16-20
  • 2 Re. 12:20-21
  • 2 Re. 14:19
  • 2 Re. 15:15
  • 2 Re. 15:25
  • 2 Re. 15:30
  • 2 Re. 17:4
  • 2 Re. 21:23-24
  • 2 Cro. 24:21,25
  • 2 Cro. 25:27
  • 2 Cro. 33:24-25
  • Est. 6:2
  • Est. 16:3
  • Est. 16:23
  • Job 16:10
  • Sal. 2:2
  • Sal. 31:5-6;14
  • Sal. 56:7
  • Sal. 71:10
  • Sal. 83:4-6
  • Sal. 119:23
  • 1 Mac. 9:61
  • 2 Mac. 3:38
  • Jer. 18:18-19

Así habla el Señor: ¡Maldito el hombre que confía en el hombre y busca su apoyo en la carne, mientras su corazón se aparta del Señor!
¡Bendito el hombre que confía en el Señor y en él tiene puesta su confianza! (Jer. 17,5.7)

¿A fin de cuentas quienes serán los ilusos, aquellos que creen que no existen las conspiraciones, o quienes desean informarse y ser precavidos sabiendo que éstas existen y que algunas de ellas pueden cambiar su destino personal y el de la humanidad entera?


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