Un reciente caso de despido protagonizado por la periodista argentina Amalia Granata, panelista de un programa televisivo emitido por la señal de aire local “Canal 9”, deja expuesta una realidad oculta como es el acoso de la masonería en los medios hacia actores y periodistas. La estrategia de premios y castigos que la masonería utiliza con actores y famosos para engañar a la sociedad respecto a lo que es aceptado socialmente.
A tan solo días que se produzca la votación en el Senado por la legalización del aborto en Argentina, sale a la luz un caso de despido polémico en el que una periodista denuncia haber sido despedida por manifestarse en redes sociales en contra del aborto. Un caso que expone la presión ilegal y el acoso con el que la masonería en los medios somete a actores y periodistas para que apoyen la ley abortista en sus programas televisivos (incluso en las novelas).
“Me echaron por mi lucha en contra de la legalización del aborto y se tomaron de un tweet para hacerlo.” dijo a los medios Amalia Granata, luego de ser desvinculada del programa “Todas las tardes” de la señal televisiva Canal 9. “El despido fue injustificado y atenta contra la libertad de prensa. Es una decisión desmedida y discriminatoria. Claramente hay un agravante, que es el que soy mujer. Lo que hicieron es terriblemente grave porque me echan por mi ideología. Yo jamás ofendí a nadie” se descargó la periodista despedida, cuya postura en contra del aborto es conocida por sus campañas públicas en las redes sociales y participación en numerosas marchas a favor de la vida.
De acuerdo a la gerencia del canal, la periodista fue echada por haber publicado un tweet en el que Amalia Granata reclamaba que quienes apoyaban el aborto pusieran el mismo énfasis en reclamar al estado prevención y tomografos para las mujeres en relación al cáncer de mama, primera causa de muerte en mujeres. La acusan de que esa publicación se realizó al poco tiempo que había muerto la hija de una conocida argentina, como si el contenido del tweet fuera de algún modo insultante o hiriente. Esto desató aun mas las sospechas que en realidad el canal intenta crear una postura unánime a favor del aborto, incluso despidiendo a sus trabajadores si no muestran conformidad con el discurso abortista de la señal televisiva.
Previo al tratamiento de la ley en el congreso argentino, la masonería ha movilizado todos sus colectivos para buscar imponer en la sociedad la idea de que es una ley buena y conveniente. Es de notar que gran parte de los expositores y defensores del proyecto en debate pertenecen a agrupaciones homosexuales, que naturalmente no tienen el tipo de relaciones que hacen posible la procreación, lo que ha hecho que se sienta artificial su interés por que las madres tengan un “derecho” a matar a sus propios hijos.
Las campañas se caracterizaron por valerse de pañuelos de color verde, agrupando a los abortistas para manifestar su aprobación a la ley cuestionada, mientras que aquellos que se oponen han adoptado pañuelos celestes. El despido es llamativo porque resulta muy explicativo del por qué se ve en la televisión argentina a sus mediáticos manifestarse constantemente a favor de la cuestionada ley, dejando abierta la pregunta de cuántos de ellos son en realidad coaccionados a hacerlo bajo la amenaza del despido, falta de trabajo, censura o represalias en su trabajo. Todo en el interés de ejercer presión social sobre los legisladores, muchos de los cuales han violado su juramento ante los santos evangelios (o dicho de otro modo se han revelado como falsos cristianos) además de generar una falsa conciencia de aceptación social que el aborto nunca tuvo, mediante la difusión de programas y novelas en las que los protagonistas se manifiestan a favor de la ley.
Lo que está haciendo la masonería, y lo hará cada vez más, es inducir a los demás al pecado tentándolos con recompensas o amenazándolos con represalias. Esto no sólo ocurre en los medios sino que su objetivo es extenderlo con gradualismo a todos los ámbitos, de modo que un día ya no sea posible hacer nada ni trabajar, si no se esta dispuesto a pecar. Para esto la masonería se vale de su posición privilegiada en los medios de comunicación, esenciales para manipular y desinformar a las masas además de atacar constantemente a la religión, algo que los distingue y hace reconocibles en todos los casos. Al dia de hoy, no existe una señal de aire que no presente en al menos alguno de sus programas, simbología relacionada con la masonería siendo los elementos más distinguibles la pirámide que se observa en el reverso del billete de un dólar y la estrella de cinco puntas “rotada”, claro que de forma disimulada.
La anulación de la objetividad en los medios de comunicación en favor de la degradación de la moral y las costumbres de los pueblos.
La penetración de la masonería en los medios no es una novedad, esto ocurre simultáneamente en todo el mundo en perjuicio de la objetividad y la moral de los pueblos. Las noticias y la forma de presentar la información se ha vuelto tendenciosa y con un claro objeto de disfrazar lo malo o pecaminoso para mostrarlo aparentemente sano y bueno. Del mismo modo a través de ellos realizan campañas contra instituciones o costumbres arraigadas en los pueblos si éstas son obstáculos para deteriorar la moral pública. Las continuas desviaciones de los medios han resultado en el hartazgo del pueblo manifestado mediante consignas en la calle y en redes sociales, por ejemplo con el asunto #DictaduraMediatica entre otros.
La cuestión de los continuos ataques a la religión de parte de sectarios que en público se hacen llamar ‘ateos’ o ‘laicos’ pero en privado profesan un culto satánico.
El accionar de esta secta multitudinaria es discreto y oculto, porque es cierto que a la Iglesia se le hace más daño cuanto más se esconden quienes la atacan. De este modo se presentan como “ateos” o “laicos” y en los casos más dispares hasta como “católicos a favor del aborto” (contradicción en si misma), siempre en contra de la religión y evitando revelar como regla su afiliación a alguna logia de la masonería (que es también una religión aunque de culto satánico).
